lunes, 2 de noviembre de 2015

La radioterapia. Primeras sesiones.

          Y llegó el día. Acudí al hospital "drogada" vamos con un relajante. Era miércoles por la mañana. Me llevaron a una sala de espera , la que sería mi sala durante un mes y medio todos los días . Es la única sala de espera que he estado en el hospital que tenga televisión ssshhhh. Mooola eh !  Aunque ese día ni la miré , el resto de días me vino genial.


            Vino una técnico a buscarme y me llevó a una pequeña habitación para que me desnudara de cintura para arriba y me dio una bata que me pidió conservara para el resto de los días.  Crucé entonces un pasillo largo hasta acceder a la sala donde me estaban esperando mi tubo, mi potro de tortura y mi máscara.  En la sala siempre hace un frío que pela. Le pedí a la técnico que no me enseñará la máscara,  era incapaz de verla.  Me tumbé en el potro y le pregunté cuanto tiempo tendría que estar tumbada e inmóvil y con la máscara.  Me dijo que no pensara en eso , que no mucho....pero yo le insistí,  le expliqué lo nerviosa que estaba y que no sabía si lo iba a poder aguantar. Entonces ella cambió su actitud y me explicó que en total estaría 30 minutos . 10 min de tac,  luego me sacaban del tubo,  estaría 5 min fuera mientras comprobaban tac y después me volvían a meter 15 min que era la radioterapia en sí.
          Al ser el primer día, quizás tardarían un poco más. Y ahí estaba mi radiooncóloga dando órdenes a las técnico  y dándome ánimos.
     
          Llegó el momento de ponerme la máscara y en cuanto me la pusieron me puse a gritar y me la tuvieron que quitar. Me puse a llorar desconsolada. En esos momentos hubiera agradecido una mano de alguien querido, pero estas sola y entonces te das cuenta que esas técnico tan cariñosas son tu  única salvación. Así que claramente le pedí que me diera la mano y fuerte. Y que esperara 5 min a que se me pasara. Tenía que ser fuerte. Estaba drogada y tenía que poder hacerlo. De verdad no sabéis lo agradecida que estoy por ese cariño y esa paciencia que han tenido siempre  conmigo. Cuando terminaban las sesiones los abrazos que les he podido dar....hasta se han emocionado conmigo. Buf ......me emociono  ahora solo de pensar en esa cantidad de sentimientos.....y en esa gente maravillosa y todo lo que hemos pasado juntos.
       
           Una vez más en esta lucha....respiré hondo.....cerré los ojos y les dije ya. Mientras me ponían la máscara y la ataban ya estaba yo pensando en la película que tenía en mente. Dirty Dancing, que me la sé de memoria....perooooo joooder como es la mente. Me resultó muy difícil por no decir imposible reproducir la película en mi cabeza. Así que entre lloro contenido y pensamientos locos pasé mi primera sesión.             Por supuesto una vez terminé, el lloro llegó de nuevo.
     
          Quiero decir que no noté nada de nada, no produce dolor físico . En mi caso solo era psicológico, la incapacidad mental de estar encerrada en un tubo ( que no es tanto) INMÓVIL y la máscara,  la dichosa máscara.
         
             Por supuesto le planteé a mi doctora la posibilidad de realizar el tratamiento sin máscara pero no no. Nones nones. No coló. Hhhhmmm!!

      Volví a casa destrozada anímicamente. Y encima físicamente drogada. Entonces me puse a darle al coco....¿ En qué podía pensar durante el tratamiento ?....  Tenía que ser algo que pudiera controlar y que durara 30 minutos.  Así que pensé en números. Los números no hacen que la imaginación se dispare como una película.  Es decir con el relato de una película por ejemplo, piensooo ......la chica va en coche y de ahí terminaba imaginándome  un accidente de coche,y ahí pensaba .....  se queda atrapada como yo.....etc.iiiiiihhhhhhhh.
      Los números son números.  Así que pensé en las tablas de multiplicar.!!! Eeeehh que buena idea!!!
   
            Al día siguiente tocaba la segunda sesión. Por supuesto iba premedicada. Y esta vez tenía un objetivo. No iba a llorar. Y tenía que cantar las tablas de multiplicar. Así que ya tumbada y en posición respiré de nuevo hondo y cerré los ojos. Y empecé con la tabla del 1. Jajajajajj esa es muy fácil y la fui cantando muuuuy muy despacio. 1×1=1; 1×2=2; 1×3=3 .... y así conseguí que mi mente sólo pensara en números.

         En todas mis sesiones estaba con los ojos cerrados . No veía nada. Ni quería . Solo escuchaba. Y al final tenía controlado perfectamente todos los ruidos y así sabía cuanto tiempo me quedaba.
        Cuando te realizan el tac el sonido es como el de una lavadora suave. Y así me lo imaginaba. Algo limpio y suave. Cuando me sacaban oía a los técnicos acudir a la sala donde me encontraba. Era el momento en que me animaban y me hacían unos mimos, ahí tenía que esperar a que me colocaran el bolus. (El bolus es una especie de tela gelatinosa fría, que te colocan en la piel para que la radiación penetre todavía más en esa zona a nivel superficial , de piel).
     
          A continuación me volvían a meter en el tubo y ahí sabía que me quedaban 15 minutos. El sonido de la radio es como si fueras en tren, o al menos eso me imaginaba yo. Eso me gustaba. Era como si me acunara. Llegué a saber en que momento iba a terminar, me sabía de memoria los sonidos.
         
           Y ahí al cabo de unas sesiones vi que empezaba a tenerlo todo bajo control . Pensaba en los tiempos, 10min- 5min-15 min. En los sonidos y en las tablas de multiplicar. Por supuesto la del 7,8 y 9 la repetía.  Je je. Así que al tenerlo  todo bajo control. Me sentía un poco más tranquila. Pero al terminar las sesiones me permitía llorar un poco. Mi padre me acompañaba todos los días y él esperaba pacientemente a que yo saliera para darme un abrazo y poder calmarme. Lo necesitaba mucho.

          Pero en esta vida, nunca nada se tiene bajo control. Un día se estropeó la maquina al finalizar el Tac, y estuve esperando a que vinieran los técnicos un buen rato y como yo tenía controlado el tiempo pues empecé a ponerme nerviosa.... y claro imaginaros mis gritos al ver que no era lo de siempre. En fin...un desastre.  Me explicaron que claro, que puede ocurrir que un día se tarde más que otro y que tendría que intentar soportarlo. Al igual que tendría que entender que no siempre estarían los mismos técnicos. Así que ahí me di cuenta que mi problema psicológico era que no podía controlar esa situación y eso me ponía muy nerviosa. A parte del agobio de la máscara claro.

           Así que fueron pasando los días y las semanas. Ir todos los días al hospital tiene su punto. Raro claro está. Ya cuando quedaban pocas sesiones decidí que quería intentarlo sin medicación. Lo decidí un día en que inmersa en mis tablas de multiplicar, en un momento de tensión máxima sentí, que la máscara en realidad eran las manos de un Dios bueno que solamente me sostenía para poder aguantar todo ese calvario. Os parecerá una tontería. Pero eso me hizo sentir por primera vez más tranquila. Y sentía que esa presión en mi cara, era para sujetarme,  para ayudarme.
       Vamos que estoy loquita loquita.


4 comentarios:

  1. Nuevamente te digo: Qué grande eres Sonsoles. Perdoname lo impaciente y sobre todo lo impertinente que soy a veces. Pero sabes que te quiero y que haría lo que fuera por ti. Un beso enorme.

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  2. Jo, mi niña, no puedo imaginar el horror que has pasado. Se me saltan las lágrimas con tu relato, va directo al corazón pero, piensa una cosa..ya lo has pasado. ¡¡No te detengas campeona!! Sigue, sigue y sigue luchando. Nunca pares. Millón de abrazos y besos!!! Diana.

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  4. Me ha ayudado leerte! Yo estoy ahora en ello y te entiendo perfectamente...Abrazo!

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