A mi primera cita con mi radioóncologa acudí con mi marido. Por lo que nos había comentado mi oncóloga seria ésta quien llevara a partir de ahora la batuta. Nada más llegar me dieron un cartón , una cartilla con mi número de historia , los datos de mi doctora y buenoooo era mi cartilla de churrascamiento jajajajajaj cómo así la bautizamos mi marido y yo. El se burlaba diciéndome que cuando consiguiera todas las casillas , de premio me darían una teta nueva. Jajajajajaj la verdad es queeeee....tenemos a veces un humor. Pero yo la verdad es que me parto de la risa.
El caso es que me dieron la cartilla de churrascamiento y llegó una enfermera y nos pidió que la siguiéramos, nos hizo el tour por la planta de radio. Fue una visita guiada. Y fue ahí cuando empecé a llamar al hospital. "Puerta de Hierro, ciudad de Vacaciones ". También eran las fechas; empezaba el veranooo...en fin.
Me recibió la radiooncóloga y me explicó el tratamiento. Con el tema de la cadera, la posible metástasis, lo abordaría más adelante. Y con la mama,me explicó fenomenal el por qué de la necesidad de darme radio. Creo que nadie me había explicado tan bien mi situación. En ese momento fui consciente de la gravedad de mi enfermedad. Mi cáncer de mama se trataba de un triple negativo que a pesar de haber respondido muy bien a la quimio y a la operación ya se encontraba en una fase avanzada y había llegado a la mamaria interna y sistema linfático a tope.
El tratamiento de la mama consistiría en 25 sesiones de radio de lunes a viernes en la tomo, es decir en un tubo. Eso ya me agobió mucho. Antes de empezar la radio se realiza un simulacro. Vamos un ensayo general.
Recuerdo estar muy muy nerviosa a pesar de estar premedicada porque sabía que me iban a tener que fabricar una máscara para la cabeza con el fin de inmovilizarme. En la sala de espera me senté al lado de un señor mayor, de esos que los ves y te dan tranquilidad. Y me miró y me dijo que estuviera tranquila. Que no me iba a decir que fuera fácil , pero que a todo se acostumbra uno. Y tenía razón . Aunque me costó darme cuenta 24 sesiones jajajajajaj.
Respiré hondo y entré a la simulación. Lo primero que me hicieron fue tumbarme y colocarme en " el potro de tortura" ( lo aclaro, simplemente es un dispositivo que colocan en la camilla para tumbarte boca arriba inclinada con los brazos en dirección a la cabeza, la cual también está sujeta. A ese dispositivo unen la máscara y así consiguen la inmovilización completa). Al tumbarme en el potro de tortura comprueban si podía mantener esa postura y si los brazos aguantaban sin un exceso de dolor debido a la operación reciente.
Después me hicieron unas marcas en la piel, unos puntos que me los tatuaron de verdad, no duele nada. Pero son unos puntos que ya voy a tener de por vida y sirven como guía de referencia para la máquina de radio.
A continuación tenían que hacerme la máscara. Para mí hablar de esto todavía me duele y me pone nerviosa. Preferiría pasar por mil operaciones o un daño físico antes que por esto. No se si es claustrofobia o que demonios es ese pánico. A ver...., para hacerte la máscara primero la calientan e inmediatamente te la colocan sobre la cara, lógicamente tiene un agujero en la boca y nariz para respirar. Y la moldean a tu cara y cabeza y cuello. La postura de tu cabeza es con la barbilla apuntando al techo, la postura maaaaal, incómoda . Una vez se enfría la máscara, como lo digo para que no suene mal..... la taladran, sujetan, abrochan al potro de tortura de tal forma que estas completamente inmóvil.
Estaba con los ojos cerrados y en ese punto tengo que reconocer que me derrumbe, me vine abajo y me puse a llorar. Una de las enfermeras reaccionó muy bien y me pidió que aguantara un minuto a que la máscara estuviera lista. Así que pensé .... Un minuto más aguanto . Luego la enfermera me dijo: Sonsoles, si aguantas 5 minutos más acabamos. Te meto en el tubo y son 5 minutos. Puedes? Y contesté que sí. Tenía que ser valiente aunque me estuviera dando un ataque de pánico. Tenía que aguantar. Y no sé ni cómo, pero aguanté bien quieta. En cuanto me sacaron del tubo y me quitaron la máscara no podía parar de llorar.
En cuanto salí del hospital no hablaba. Sólo pensaba que no iba a poder pasar por esa situación otra vez. No tenía ni idea de cuanto tiempo tendría que estar en las sesiones....pero vamos que ni de broma iba a hacerlo. Fui a ver a mi oncóloga y le dije que lo sentía, pero que no me daba la radio. Que yo eso no lo iba a aguantar. Siempre con un tono de comedia y ella se reía y me decía - Pero vamos a ver ! Si ya has pasado lo peor! ¿Cómo no vas a aguantar esto ?
Finalmente decidimos que lo mejor era "drogarme" literalmente. Pero claro.....eso suponía estar de lunes a viernes drogada durante un mes y medio. Pero mira, en ese momento me daba igual todo.
Por un momento pensé en huir del país, a ver si me encontraban jajajajajaj. Le propuse a mi hermana fugarnos, y la pobre lo único que me dijo es que sí, y eso que estaba recién parida prácticamente. Sólo me dijo, bueno pero tú me dices que me tengo que llevar para el bebé ooooooin pobre.
Jo ! Que cabreo tenía con el mundo. Y conmigo! Me daba raaaabia! Con lo bien que había terminado la quimio y la operación, como digo yo....con sobresaliente!!! Ahora esto... es que solo de pensarlo..... Sólo sabía que no iba a poder.....y el caso es que lo tenía que hacer.
Tenía tiempo para trazar un plan antes de empezar con el tratamiento. Así que me puse manos a la obra con mi psicóloga. Técnicas de relajación simples con respiración y bueno, tenía que buscar algo para tener mi mente ocupada durante el proceso. En un principio pensé en repasar mentalmente una película o una serie. Así que en casa practicaba tumbada en la cama con un pañuelo bien atado en la cara y cabeza....pero para que engañarme. ....no me iba muy bien ni en la respiración ni en nada. Y llegó el día. Tocaba la primera sesión. Iiiiiihhhh estaba cagada.
Una prueba más de tu fortaleza y de que todo se puede hacer. Que importante es la cabeza y que bien la tienes tú.
ResponderEliminarQie razón tenía aquel señor mayor de la sala de espera eh?
Sí que tenía razón. A todo se acostumbra uno.
ResponderEliminarBesitooooo